Jungkook sorbió su nariz antes de marcar el número de su madre.

Uno, dos, tres timbres y la llamada fue contestada.

-Mamá.- Volvió a sorber su nariz y la limpió con la manga de su suéter.

-Jungkook, ¿qué sucede? ¿Estás bien?- La preocupación se notaba en la voz de Somin, su mamá.

El rubio apoyo la cabeza contra la pared de la sala de espera de aquel hospital.-Estoy bien, o sea, no estoy bien, pero no me ha pasado nada.- Quiso golpearse reiteradas veces por lo estúpido que había sonado. -Olvida eso- resopló. -Estoy en el hospital.-

Las lágrimas ocasionalmente corrían por su rostro, lo que lo obligaba a estar limpiando sus mejillas constantemente.

-¿En el hospital?, ¿Qué pasó? ¿Están todos bien?-

-A Taehyung le hicieron un lavado gástrico, y todo por mi culpa.- Cerró los ojos con fuerza y se deslizó contra la pared hasta quedar sentado en el suelo, sollozando mientras que la línea telefónica seguía funcionando. -Fue todo mi culpa, mami.-